Translate

miércoles, 4 de septiembre de 2019

El amor hizo el camino más fácil..

El amor hizo el camino más fácil. Y siempre lo hará.
Los medicamentos ayudan, la investigación, los médicos, el deporte, dormir bien, ser ordenado, ser respetuoso con el propio cuerpo, ser consecuente, responsable y muy tenaz. Todo eso ayuda. Pero el primer premio se lo lleva el amor. Me pregunto cómo un abrazo puede ser tan sanador, cómo es posible que una sopa calentita y a tiempo borre los dolores, ese beso, su mano acariciando la mía, su mirada abrazándome. A mi me curó el amor. Me curaron mis hermanas, mi mamá y mis amigas, me curó mi príncipe tapándome para que no tuviera frío.  Me curaron mis hijos, me curó Mateo diciéndome "mamá yo quiero que seas feliz". Me curó mi perrita Lila escuchándome cantar. Mi mamá en el teléfono, mis hermanas de acero. Me sentí por fin en casa, como si hubiera llegado a donde tenía que estar, como si el camino llegara al lugar del descanso, ahí donde se puede dejar de luchar y solo respirar y sentir el sol.
Me siento privilegiada porque ya no siento dolor. Ya no me cuesta respirar y no siento esas náuseas que lo oscurecen todo. Y me siento responsable por todas esas personas que se encuentran todavía en ese lugar. Mi misión es ayudar, dar a conocer y acompañar. Porque nadie merece estar solo, ni nadar en la incertidumbre, nadie merece caminar todos los pasos que yo caminé para llegar a este lugar. Merecen el amor, la paz, el bienestar y la compañía que tengo hoy, pero no quiero que atraviesen todo mi camino. Para eso estoy acá, tratando de ahorrarles lo máximo posible. Sé que no tengo ese poder, nadie lo tiene. Pero algo de todo esto que aprendí servirá para aliviar su marcha, para darles esperanza y para hacerlos sentir acompañados.
Lo primero que aprendí es que el amor sana. Que el no diagnóstico lastima, que es muy importante ser reconocido y cuidado como paciente enfermo. Por eso los nombres de las enfermedades ayudan, porque dan entidad y orientan al enfermo y a su cuidador.
Aprendí que las enfermedades no existen. Lo que existen son personas enfermas. primero personas, luego enfermas. Primero almas fabulosas, poderosas, bellas, llenas de amor y pasión. Luego el detalle, la enfermedad. El adjetivo. Nunca el ser. No soy la porfiria. Soy toda esta magia junta, convertida en polvo de estrellas brillando para siempre, que un día se enfermó. Igual que vos, magia bellísima flotando en el universo irradiando amor. No importa ese detalle, es solo eso. 
Aprendí que un médico bondadoso cura más que un médico sabio. Que muchas veces subestimamos la bondad, la ponemos última en la fila, como si fuera una palabra bonachona, tibia, imperceptible. La bondad, esa cualidad maravillosa que tiene envase de poción mágica porque cura, sana.
Aprendí que voy a ser feliz. Que ninguna enfermedad vino acá a robarme la alegría. No como tortas. No salgo tanto como quisiera, me pierdo programas con amigas, me pierdo cines, noches divertidas, a veces estoy muy cansada y tengo que frenar aunque no quiero, perdí mi fertilidad, a veces se me lastima la piel, se me cansa mucho el cuerpo, me contracturo, me cae muy mal la comida rica, no tomo café, ni alcohol, ni mate, hago dieta siempre y para siempre.  Y qué? aprendí que voy a ser feliz. Que cuando te instalás en la felicidad no hay bomba que pueda con eso. Voy a ser feliz. Me lo merezco, como todos. Estoy acá para eso. 
Aprendí a pedir, a no poder todo, a descansar en los demás cuando necesito descansar. Aprendí a correrme de los lugares tristes, porque nadie debería habitar espacios de dolor.
Aprendí a cerrar los ojos a la noche y desear con todo mi corazón que todo mi amor llegue a esas personas que están sufriendo, que están solos o necesitan paz. Y el amor vuela y los abraza.
Aprendí que lo mejor está por llegar..porque sigue llegando, siempre.. Ésto se pone cada vez mejor.
El amor hizo el camino más fácil. y siempre lo hará..sean felices